Por eso, en este libro hay poemas donde reina el brillo y las cosas lindas. Hay poemas que hablan de madres y amigas; poemas de lenguas que se cruzan con pasión; poemas donde una espera y otros donde una es esperada; poemas de cabellos teñidos de fuego y poemas sobre mapas que se trazan sobre cuerpos desnudos.
Hay que leer a Flor no solo para conmoverse y recordar la materia de la que estamos hechos; hay que leerla también para estar en compañía, que es, por lejos y para siempre, lo más lindo de la poesía.
voy a aceptar que el dolor que enterraste en mi cuerpo no es algo muerto sino barro mojado del que hacer un hechizo que me haga sentir mejor